Isla de Maipo es mucho más que paisajes, cerros y río. En nuestra historia destacan personas que la han forjado: verdaderos Tesoros Humanos.
Hoy comenzamos esta nueva sección, y la empezaremos con don Darío Mendoza Olea. El texto nos fue enviado por uno de sus hijos: Basilio Mendoza, que nos relata en formato de primera persona, la historia de don Darío en lo que pudo ser una carta dirigida a su pueblo, y se titula «Querida Isla de Maipo».
Querida tierra:
Sobre el lomo de un caballo y mi mano firme en la mancera de un arado, así transcurrió mi vida en este suelo amado que es mi Isla de Maipo. Nací un 21 de Junio del año 1923. Mis padres fueron Rosa Olea y Basilio Mendoza Martínez. Mi abuelo Zacarías Mendoza llegó a este suelo por el año 1880, proveniente de San Pedro de Melipilla a ocupar este mismo espacio que yo he ocupado por 91 años.
En este mismo lugar transcurrió mi vida, recibí enseñanzas, y conservé tradiciones que desde niño atesoré en lo más profundo de mi ser. La cocina criolla de mi padre y abuelo y por sobre todo respete la Promesa de mi abuelo Zacarías, (que según contaba mi padre Basilio) fue uno de los huasos que fueron a buscar la imagen dejada en La Puntilla cuando el río se desbordó por este villorrio llamado «Islas del Maipo», lugar donde prometieron hacer la fiesta más linda de la zona, promesa que cumplí hasta hace 2 años; es decir durante 80 años, en los mismos que acompañé a Cristo en Cuasimodo, ya que comencé a los 9 años.
En el año 1954, un 24 de Noviembre me uní a Graciela Adasme Sereño, quien ha sido mi compañera por 60 años de matrimonio del cual nacieron Rosa, Basilio, Luis Darío y Marcelo.
A mi mente llegan imágenes de diferentes épocas… nombres con los cuales compartí mis andanzas por este suelo querido. Algunos fueron compañeros de Trilla, ya fuera de trigo, linaza, porotos, los cuales se daban todos en abundancia.
Recuerdo que el Cuasimodo no estuvo exento de imprevistos: una vez por los años sesenta más o menos, no recuerdo bien el año ni el nombre del cura, ustedes me entenderán, lo único que sé es que este Curita, quiso hacer el recorrido en auto, y solo llegó UN jinete para acompañar al Santísimo. Ese jinete era yo. El cura quiso seguir solo, a lo cual me negué y le dije que tenía que acompañarlo y así lo hice, pues debía cumplir con el ritual al que había prometido mi vida.
Tuve la suerte de conocer al Papa Juan Pablo II, en Maipú, donde él reconoció nuestra manifestación popular como el Gran Tesoro del Pueblo de Dios.
Durante 40 años me acompañaron mis hijos Bacho y Memé, y ahora también mis nietos Matías, Carolina y Solcito: ellas bailando la Cueca que una vez también bailó mi abuelo, y Matías lo hace hidalgamente en el desfile cabalgando.
Espero en el fondo de mi corazón que ellos y mis otros nietos lo sigan haciendo y puedan ir traspasándolo a las demás generaciones, porque este es el gran legado que me heredaron, y me gustaría que se pueda seguir respetando y conservando.
Por último, queridos isleños, quisiera pedirles que cuiden y defiendan este lugar tan lleno de tradiciones y atesórenlas, cuéntenselas a sus hijos y nietos, para que así se puedan conservar para siempre.
Decirles mis queridos isleños que me saco el sombrero en respeto a ustedes, y por sobre todo a esa imagen de la Merced, que ha sido mi guía durante toda la vida, la que en mayor parte la he vivido en el lomo de un caballo. De esta manera ha pasado el tiempo y cuando mis fuerzas ya no son las mismas al igual que las de mi compañera, mi energía sigue vigente y mi mente viaja a través del tiempo entre recuerdos de siembras, trillas, laceaduras, rodeos, topeaduras, volteando animales a campo traviesa o en un matadero. Todo lo llevo en mi vida, adorando cada apero, como mis espuelas, mi chamanto, mi montura.
Yo sé que seguirán vivos en mis nuevas generaciones.
En lo personal quiero agradecer a Basilio Mendoza, por facilitarme este texto y fotografías que dan inicio a esta nueva sección de Patrimonio Humano. A la vez públicamente lo felicito, ya que al igual que su padre, es Cuasimodista. También es folklorista, y ha luchado incansablemente por rescatar y mantener vivas tradiciones de nuestro campo, como es el canto a lo divino, que se realiza durante la Fiesta de la Virgen de La Merced. Pueden escucharlo también en el programa «Chile, país de rincones», que se transmite los días domingo por Radio Isla, 107.3 F.M.
A la vez, quiero invitarles a que puedan enviar sus historias y fotografías de quienes ustedes consideren Tesoros Humanos de Isla de Maipo, al email info@destinoislademaipo.cl
1 comentario
YO VIVI DESDE MUY PEQUEÑO EN ISLA DE MAIPO ME EDUQUE EN ESCUELA FISCAL NUMERO 8DE ESOS AÑOS UNA COMUNA MUY LINDA DONDE PASE TODA MI INFANCIAY DONDE JUGUE MUCHO FUTBOLY CONOSI MUCHOS AMIGOS EN LOS EQUIPOS NACIONAL MIRAFLORES YDEPORTIVO SAN LUIS SIENPRE RECORDARE ESE GRAN PUEBLO LAS VENDIMIA YLAS TRILLA AYEGUA SUELTA. Y TAMBIEN A MIS CONPAÑERO DECURSO DEL SEXTO AÑOY MI PROFESORA RAQUEL RIOS UN GRAN SALUDO A TODOS ELLO SON RECUERDOS LINDO QUE NO SE OLVIDAN LUIS RODOLFO MORALES MENDOZA